DECAE EL INTERÉS POR SEMBRAR MAÍZ
"Hace dos meses había más entusiasmo por sembrar maíz que en las últimas semanas", observa un vendedor de insumos agrícolas de Vedia. Los productores proyectan resultados de la campaña de granos gruesos con los precios esperados a cosecha y observan que el maíz está mejor que en años anteriores por las medidas gubernamentales, pero no le gana por goleada a la soja, como se calculaba hace tres meses, por el derrumbe de los precios. Es más, en algunas zonas promete un margen bruto menor y, además, nuevamente desaparece del radar de los arrendatarios. Vayamos a los números. Actualmente, el precio para cubrir los costos con rindes históricos en un campo propio del norte de Buenos Aires, considerando gastos de estructura y administración, es US$ 135 por tonelada, según los datos del consultor Julio Lieutier. A mediados de semana se ofrecían US$ 140 para maíz con entrega en abril de 2017, lo que revela la tirantez de los números. Los valores se catapultan si se quiere salir hecho en campo alquilado a 15 quintales de soja por hectárea: se requieren cotizaciones de US$ 150 por tonelada si el clima permite alcanzar 90 quintales por hectárea. En función de estos cálculos, el maíz ocupará un tercio del área en rotación sólo en las empresas más solventes de la región norte de Buenos Aires, combinado con un tercio para soja de primera y otro tercio para la secuencia trigo/soja.
En estos casos, los productores van a incorporar al maíz para desarrollar una rotación sostenible, más que por una expectativa de alta rentabilidad. "En las empresas más comprometidas económicamente, en cambio, el plan seguirá con un tercio de trigo/soja y dos tercios de soja de primera", diferencia Lieutier. Este cambio de conducta responde a la fuerte caída de los precios externos e internos del maíz. "La producción estadounidense esperada elevaría los stocks a 60 millones de toneladas, 20 millones por encima del año pasado, y llevaría la relación stock/consumo al 17%, la más alta de los últimos 30 años", ilustra un conocido analista de mercados. Mientras tanto, la soja fue menos afectada en el plano doméstico porque la industria nacional no alcanza a utilizar toda su capacidad de molienda, lo que determina que el mercado local siga muy activo.